miércoles, 19 de noviembre de 2014

Unidad 2: El mundo de posguerra.

El Mundo En Posguerra:
La crisis mundial iniciada en 1929 golpeó duramente a las economías latinoamericanas. Gran Bretaña y los EEUU transfirieron los efectos de la crisis a los países que se encontraban bajo su influencia, bajando los precios de las materias primas, repatriando inversiones y colocando trabas a las exportaciones latinoamericanas.
Las consecuencias de estas políticas fueron el desempleo y la miseria. Ante la falta de divisas comenzó a desarrollarse la industria liviana, para reemplazar las importaciones que ya no podían adquirirse. El Estado, controlado por las elites conservadoras, intervino en la economía y subvencionó las actividades de los sectores dominantes. Esta intervención no se dio en el terreno social, donde las mayorías populares quedaron libradas a su suerte.
La baja de los precios agropecuarios llevó a la ruina a millones de campesinos que comenzaron a migrar hacia las ciudades en busca de trabajo en las nuevas industrias. Este proceso provocó grandes cambios en la composición del movimiento obrero latinoamericano durante toda la década del ’30.
Los trabajadores recién llegados traerán su inexperiencia política y sindical y no se sentirán del todo representados por las dirigencias sindicales de izquierda que predominaban en las grandes ciudades. De tendencias más conservadoras, los trabajadores provenientes del campo promoverán un sindicalismo más negociador que combativo e irán conformando la base social de los movimientos políticos conocidos como populistas que florecerán por toda América Latina entre mediados de los años ’30 y comienzos de los ’50.
Los populismos desarrollarán, de acuerdo a las características de cada país, el modelo del estado benefactor iniciado por Franklin Delano Roosevelt en los Estados Unidos a comienzos de la década del 30. Este modelo proponía integrar el obrero al sistema como consumidor- productor, elevando el nivel de los salarios para aumentar la demanda y mejorando la calidad de vida de los sectores populares a través de fuertes inversiones en rubros como salud, educación y vivienda con el objetivo de alejarlos de la influencia revolucionaria.
En México, el presidente Lázaro Cárdenas profundizó las conquistas en la legislación laboral y en la división de los latifundios iniciadas con la Revolución Mexicana de 1910 expropiando las compañías petroleras extranjeras en 1936.
Hacia 1937, Getulio Vargas funda en Brasil el Estado Nuevo, impulsando la actividad industrial y la sindicalización de los trabajadores brasileños.
Entre 1946 y 1955, el modelo peronista intentó cambiar el perfil económico argentino, pasando de una economía agroexportadora a una economía basada en el mercado interno y en la expansión del consumo. Si bien el objetivo no pudo concretarse, sus logros parciales implicaron cambios muy profundos en la sociedad argentina y un mejoramiento en las condiciones de vida de los sectores populares.


El peronismo en la Argentina, el Frente Popular en Chile, el varguismo en Brasil y el nacionalismo revolucionario de Paz Estensoro en Bolivia, expresaron el ingreso de los nuevos sectores populares a la política.






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